miércoles, 14 de mayo de 2008

PAY PER VIEW


No caigamos en el engaño de decir: ¡no puedo!,
"pues Dios es quien produce en
nosotros tanto el querer como el hacer
para que se cumpla su buena voluntad".
Fil 2:13

Me puse feliz al enterarme que por fin, (después de un año y medio de espera), a partir del mes de Mayo la compañía de cable-visión que tenemos en casa, comenzaría a transmitir un canal cristiano. Alcancé a verlo dos días, pero el tercer día, cuando traté de ver un programa, me topé con una imagen negra y un letrero que decía: "Pay-per-view" ("Pague para ver"), mayores informaciones, llamar al fono 274xxxx... La verdad me sentí defraudada, con tristeza y con rabia. - ¡¡Cómo es posible que para ver un programa que me hace bien y que edifica mi vida tenga que pagar extra!! ¡¡Hay tantos canales con puras cochinadas que no me edifican y sólo llenan la cabeza de mugre, y esos si están incluidos en el paquete!! Pensé.
Últimamente, he experimentado diversas situaciones en las que me he visto enfrentada a tomar decisiones, a optar por una u otra alternativa. Algunas de ellas sencillas, pero otras han sido complicadas. Tengo la intención de hacer bien las cosas, tomar buenas decisiones, agradar a Dios, sin embargo de tiempo en tiempo, paso por épocas en que esto no parece funcionar, ¿por qué? Dios me mostró una vez más que mis "buenas intenciones" no bastan. Se necesita algo más, una palabrita que en ocasiones nos da temor porque erróneamente pensamos que es como tener que entregar todo para quedar sin nada: "consagración". La consagración es el reconocimiento de quién es Él y al entenderlo, le entrego voluntariamente mi vida. La consagración, valga la comparación es como un "Pay-per-view" (pagar para ver). Si yo deseo ver y vivir en carne propia los resultados de una vida abundante, viendo el poder de Dios obrando por medio de mi vida, entonces, he de estar dispuesta a dedicar mi vida a Él para que Él la conduzca. Como hijos, padres, líderes, amigos, parientes o el rol que estés cumpliendo, no podemos seguir haciendo las cosas con "buenas intenciones", y a nuestra manera.
Dios, a través de su Palabra nos ha dado instrucciones precisas y a pesar de lo difícil que nos pueda resultar buscarle en oración, meditar en Su Palabra y hacer o dejar de hacer ciertas cosas, ten por seguro que lo más sabio que podremos hacer es poner nuestra vida a Su servicio y seguir sus instrucciones al pie de la letra.

(extracto de especialidadesjuveniles.cl)

jueves, 1 de mayo de 2008

DIOS INSISTE!

(Extracto de “Encuentros al límite”)
“Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”
Romanos 5:2-5

La gracia y la misericordia de Dios son similares, pero no iguales. La gracia de Dios consiste en que Él nos da su amor aunque no lo merecemos. Por el otro lado, su misericordia consiste en que no nos da lo que sí merecemos. El apasionado Apóstol Pablo le escribió a los Filipenses: “estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra de ustedes, la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús”(Filipenses 1:6). Tienes muchas cosas porque la gracias y la misericordia de Dios te han alcanzado, pero hay algo más. Dios sigue insistiendo en perfeccionarte. Él ya te ha amado y te ha perdonado, pero se niega a dejarte igual. Quiere ayudarte a mejorar, a ser cada vez más feliz y a tener una vida cada vez más abundante. Dios va a insistir en trabajar en tu vida hasta el día en que te encuentres personalmente con Cristo. Ya sea porque Él vino por ti o porque tu alma salió de tu cuerpo en su encuentro. ¡Esa es una gran noticia! Demuestra la entereza del carácter de Dios y nos llena de esperanza. ¡Somos capaces de mejorar! Mañana podemos ser mejores que hoy.

Encuentro:
Querido Señor, te doy gracias por tu gracia, tu misericordia y tu insistencia. Gracias por seguir dándome oportunidades de cambiar y mejorar. Gracias por tu deseo de perfeccionarme porque sé que se basa en tu amor.