viernes, 4 de julio de 2008

En el desierto.....

Lo único que necesita Dios de nosotros es simplemente que nos pongamos en sus manos, para que Él dirija nuestra vida
( Extracto de www.desarrollocristiano.com)

Lectura:
Éxodo 2:15: Oyendo Faraón acerca de este hecho, procuró matar a Moisés; pero Moisés huyó de delante de Faraón, y habitó en la tierra de Madián.

No es difícil creer que fue Dios mismo el que conmovió el corazón de Moisés frente a la injusticia que sufrían los Israelitas a manos de los egipcios. La sensibilidad a las cosas espirituales que le habrían impartido sus padres no se había perdido durante los años en la corte del Faraón. No obstante, Moisés no había aprendido aún una lección crucial: los planes de Dios no se pueden implementar con métodos humanos, tal como lo expresó, muchos siglos más tarde, el apóstol Santiago: La ira del hombre no obra la justicia de Dios (1.20).
Para que Moisés pudiera aprender esta valiosa lección, era necesario que fuera a la escuela del desierto. Había en él demasiada confianza en sus propias fuerzas para que le fuera útil a los propósitos del Señor, y Dios debía tratar profundamente con su vida. Allí, pues, pasó largos años. El fuego y el celo que lo habían llevado a asesinar a un hombre lentamente se disiparon y quedó en su lugar la vida apaciguada y sencilla de un pastor de ovejas. Cuando acababa de desaparecer en él todo anhelo y sueño, volvió Dios a visitarlo para darle la misión de liberar al pueblo de su estado de esclavitud en Egipto. Piense en lo extraño de los caminos de Dios. Cuando Moisés quería servirlo, él no se lo permitió. Y cuando el profeta ya no quería servirlo, Dios se lo exigió. La razón es que Dios no pone el acento sobre nuestras acciones, sino en la clase de persona que somos. El gran evangelista Dwight Moody alguna vez comentó de Moisés: «Durante los primeros 40 años de su vida, el pensó que era una persona importante. Durante los segundos 40 años de su vida, aprendió que en realidad no era nadie. Durante los terceros 40 años de su vida, vio lo que Dios puede hacer con un «nadie». ¡Qué admirable resumen del proceso por el cual llevó el Señor al gran profeta!
Esta es una lección que todo líder debe aprender. Dios no necesita de nuestros planes, ni de nuestras habilidades, ni de nuestros esfuerzos. Ni siquiera necesita de nuestra pasión, eso es lo que tuvo que descubrir el apóstol Pedro. Lo que necesita es simplemente que nos pongamos en sus manos, para que él dirija nuestra vida, señalando en el camino las actitudes y el comportamiento que él pretende de nosotros. Esta clase de entrega es la que más le cuesta al ser humano, porque tenemos nuestros propios conceptos acerca de cual es la mejor manera de agradar a Dios. Para los que pastoreamos, ¡qué tentador es planificar y luego pedir que Dios bendiga nuestros esfuerzos! Es mucho más difícil esperar en él, para moverse solamente cuando él lo manda. No debemos perder de vista, sin embargo, que el hombre que vive completamente entregado a Dios, es la herramienta más poderosa que existe para hacer avanzar los proyectos que están en el corazón mismo del Señor. ¡No se apresure!

Lo único que necesita Dios de nosotros es simplemente que nos pongamos en sus manos, para que Él dirija nuestra vida

miércoles, 14 de mayo de 2008

PAY PER VIEW


No caigamos en el engaño de decir: ¡no puedo!,
"pues Dios es quien produce en
nosotros tanto el querer como el hacer
para que se cumpla su buena voluntad".
Fil 2:13

Me puse feliz al enterarme que por fin, (después de un año y medio de espera), a partir del mes de Mayo la compañía de cable-visión que tenemos en casa, comenzaría a transmitir un canal cristiano. Alcancé a verlo dos días, pero el tercer día, cuando traté de ver un programa, me topé con una imagen negra y un letrero que decía: "Pay-per-view" ("Pague para ver"), mayores informaciones, llamar al fono 274xxxx... La verdad me sentí defraudada, con tristeza y con rabia. - ¡¡Cómo es posible que para ver un programa que me hace bien y que edifica mi vida tenga que pagar extra!! ¡¡Hay tantos canales con puras cochinadas que no me edifican y sólo llenan la cabeza de mugre, y esos si están incluidos en el paquete!! Pensé.
Últimamente, he experimentado diversas situaciones en las que me he visto enfrentada a tomar decisiones, a optar por una u otra alternativa. Algunas de ellas sencillas, pero otras han sido complicadas. Tengo la intención de hacer bien las cosas, tomar buenas decisiones, agradar a Dios, sin embargo de tiempo en tiempo, paso por épocas en que esto no parece funcionar, ¿por qué? Dios me mostró una vez más que mis "buenas intenciones" no bastan. Se necesita algo más, una palabrita que en ocasiones nos da temor porque erróneamente pensamos que es como tener que entregar todo para quedar sin nada: "consagración". La consagración es el reconocimiento de quién es Él y al entenderlo, le entrego voluntariamente mi vida. La consagración, valga la comparación es como un "Pay-per-view" (pagar para ver). Si yo deseo ver y vivir en carne propia los resultados de una vida abundante, viendo el poder de Dios obrando por medio de mi vida, entonces, he de estar dispuesta a dedicar mi vida a Él para que Él la conduzca. Como hijos, padres, líderes, amigos, parientes o el rol que estés cumpliendo, no podemos seguir haciendo las cosas con "buenas intenciones", y a nuestra manera.
Dios, a través de su Palabra nos ha dado instrucciones precisas y a pesar de lo difícil que nos pueda resultar buscarle en oración, meditar en Su Palabra y hacer o dejar de hacer ciertas cosas, ten por seguro que lo más sabio que podremos hacer es poner nuestra vida a Su servicio y seguir sus instrucciones al pie de la letra.

(extracto de especialidadesjuveniles.cl)

jueves, 1 de mayo de 2008

DIOS INSISTE!

(Extracto de “Encuentros al límite”)
“Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”
Romanos 5:2-5

La gracia y la misericordia de Dios son similares, pero no iguales. La gracia de Dios consiste en que Él nos da su amor aunque no lo merecemos. Por el otro lado, su misericordia consiste en que no nos da lo que sí merecemos. El apasionado Apóstol Pablo le escribió a los Filipenses: “estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra de ustedes, la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús”(Filipenses 1:6). Tienes muchas cosas porque la gracias y la misericordia de Dios te han alcanzado, pero hay algo más. Dios sigue insistiendo en perfeccionarte. Él ya te ha amado y te ha perdonado, pero se niega a dejarte igual. Quiere ayudarte a mejorar, a ser cada vez más feliz y a tener una vida cada vez más abundante. Dios va a insistir en trabajar en tu vida hasta el día en que te encuentres personalmente con Cristo. Ya sea porque Él vino por ti o porque tu alma salió de tu cuerpo en su encuentro. ¡Esa es una gran noticia! Demuestra la entereza del carácter de Dios y nos llena de esperanza. ¡Somos capaces de mejorar! Mañana podemos ser mejores que hoy.

Encuentro:
Querido Señor, te doy gracias por tu gracia, tu misericordia y tu insistencia. Gracias por seguir dándome oportunidades de cambiar y mejorar. Gracias por tu deseo de perfeccionarme porque sé que se basa en tu amor.

sábado, 19 de abril de 2008

PURE DE PAPAS!!!!


(Extracto de “Encuentros al límite”)
El Pastor Juan Carlos Ortiz da el siguiente ejemplo respecto a la unidad: Todos conocemos las papas. Cada planta tiene tres, cuatro a cinco tubérculos. Y cada tubérculo pertenece a una u otra planta. Llegado el momento de la cosecha, la persona encargada de la recolección hace un pozo en la tierra, las saca y las va poniendo en una bolsa. Podríamos decir que las está agrupando. Puede que estas papas muy alborozadas exclamen: “¡Gloria al Señor, ahora estamos todas en una misma bolsa!” Pero aunque estén todas en el mismo saco, aún no son una.

Llega el momento en que la dueña de casa las compra. Ella las lava y las pela. Las papas piensan que ahora sí están más unidas:” ¡que maravilloso es este amor que existe entre nosotras!” Eso no es todo. Luego de peladas se mezclan unas con otras. Para entonces han perdido bastante de su identidad. Lo cierto es que piensan que ya están listas para el Maestro. Pero lo que Dios quiere es “Puré de Papas”. No muchas papas sueltas y juntas, sino puré de papas. Cuando son reducidas a puré, ninguna puede levantarse y decir: “¡Miren, esta soy yo!”. La palabra tiene que ser NOSOTROS>>

Este es el ideal de la unidad que espera el Señor. Una unidad indivisible en la que no se puedan distinguir bandos ni grupos. Dios espera este alimento para su corazón y es nuestro trabajo cocinarle el puré, aunque haya papas duras.


Al límite:
¿Cuál es el ideal de unidad que tiene el Señor para tu iglesia, para tu grupo de jóvenes?

¿Qué puedo hacer para cocinar ese puré?


Encuentro:
Señor, quiero contribuir a la unidad de la iglesia y de mi grupo de jóvenes y no ser nunca causa de peleas o divisiones. Perdóname si he tomado parte en alguna de estas cosas y te pido que me des más amor por aquellos con los que no estoy del todo de acuerdo.


Bendiciones!!!

jueves, 10 de abril de 2008

MARCAR LA DIFERENCIA

“Pero el Señor me dijo:
No digas: “soy muy joven”, porque vas a ir adondequiera que yo te envíe, y vas a decir todo lo que yo te ordene. No le temas a nadie, que yo estoy contigo para librarte.
Jeremías 1:7-8

Virginia Reyes Avilés / extracto de “Encuentros al límite”

Esta fue una palabra que me ayudó desde el principio para mantenerme con firmeza en los caminos del Señor. Donde a veces produce más miedo el ser cristiano, es en el mundo de los jóvenes; y debido a eso, “nuestra juventud”, es una de las excusas más comunes que le damos a Dios cuando nos pide nuestra boca para predicar, nuestra vida para evangelizar y nuestro cuerpo para dar ejemplo de santidad. Pero ya se terminó el tiempo de dar excusas. Esto debe terminar para que marquemos una diferencia como jóvenes cristianos. Dios nos ha dado una promesa de oro, que nos acompañará siempre, ante toda situación, ante cualquier persona, es cierto que en muchos lugares se podrán burlar de nosotros o tratarán de humillarnos, pero la promesa de Dios está presente. Él nos acompañará en todo momento y no nos dejará caer ante la humillación de los que no creen en Él. Apártate para Dios, busca ser diferente de los que caminan en la oscuridad ya que lo que Dios tiene preparado para nosotros es vida eterna, pero a aquellos que se van por el otro camino, sólo les espera muerte eterna. Personalmente, llevo cuatro años luchando por ser diferente, por guardarme para Dios, y créeme, son infinitas las bendiciones que Él ha derramado en mi vida. Junto a Él soy feliz; no creas que soy perfecta, tampoco que no me gusta divertirme con mis amigos, porque sí lo hago, y disfruto de mi juventud, pero siempre me cuido de seguir los mandatos de Dios y permanecer en su Palabra. Tengo muchas ganas de continuar mi camino a su lado. ¡Vamos! Atrevámonos ya mismo a ser diferentes. ¡Es posible! Es un desafío; por eso es sólo para vencedores. Demuéstrale al mundo y en especial a ti mismo que sí puedes.

Al límite:
¿Cuál es tu proyecto de vida? ‘Que planes tiene Dios par tu vida?
¿Estás dispuesto a seguir la voz de Dios y a diferenciarte del resto?


Encuentro:
Señor, quiero darte gracias por permitirme conocerte y hacerme parte de los jóvenes del mundo que te siguen. Padre Santo, quiero pedirte la gracia, la sabiduría y la fuerza para mantenerme en tus caminos. Ayúdame a ser capaz de caminara tu lado sin miedo a lo que puedan decir o pensar de mi. Ayúdame a llevar una vida diferente, a guardar mi cuerpo, mi espíritu y mis palabras para ti. Estoy dispuesto a tener fe en tu promesa. Amén.